miércoles, 11 de junio de 2008

Mis memorias políticas. (I) : Los inicios.


Mucho de los que me conocéis desde siempre habéis conocido mis inquietudes políticas. Hace ya tantos años que comencé mi andadura en la política que a veces me cuesta recordar situaciones que me han ocurrido, tanto buenas como malas. Ahora que estamos en procesos congresuales vuelven a mi mente muchos sucesos ocurridos antaño. Todo se repite…

Muchos amigos y amigas que entran ahora en plan “novatos” en el mundo de la política, y me conocen, me preguntan y me piden consejo y asesoramiento, y entre conversación y conversación siempre cuento alguna anécdota o suceso que a veces cojo complejo de “histórica”, o de “abuela cebolleta”, contando batallitas.

Ahora parece que está de moda contar las memorias, y creo que por fin ha llegado el momento de contar las mías en voz alta. No se si serán una forma de liberarme, o de simplemente contar lo que mucha gente solo sabe por rumores, dimes y diretes de unos y otros, y yo les voy a dar fe ejerciendo de notario de mi propia vida. Si alguien se siente aludido o se molesta, lo siento, de siempre me he caracterizado por decir la verdad, nunca me escondo tras la hipocresía, y tampoco se mentir, y la claridad en mi siempre ha sido mi bandera, moleste o no. Así que allá van:

Desde que era una adolescente, la inquietud en mi por las ideas de izquierdas eran algo primordial en mi vida. Todavía recuerdo teniendo yo unos 7 u 8 años, la visita del General Franco con los príncipes de Asturias a Málaga en visita oficial y que pasarían en coche con la cohorte por la antigua Avda. del Generalísimo, actual Avda. de Andalucía, donde yo vivía. Aquella visita oficial implicó la visita de los “grises” por los pisos del recorrido oficial para “revisar”, no se qué. Yo como niña que era me dio por decir alegre y contenta “que bien viene el señor viejecito que sale por la tele”. La cara de mis padres y de mi abuela era un poema por mi comentario, hasta tal punto que mi abuela me tapó la boca con fuerza con su mano bajo la atónita mirada de esos señores que me miraban con desprecio como si yo fuera un bicho raro, y mi abuela justificó mi comentario como que era una niña tonta y mal criada… Cuando los grises salieron de mi casa, yo lloré y patalee sin comprender nada de lo que había pasado, y hasta se me quitaron las ganas de salir a la calle como los demás niños a ver de pasar los coches oficiales de aquella visita singular. A partir de ahí le cogí una auténtica manía al Dictador y creo que algo en mi pequeño cerebro hizo “click”.

Estando en el Instituto (del opus encubierto, por cierto), mi actitud y mis ideas hacía que mis compañeros me llamaran “la anarquista”; expulsada de clase de religión cada 2x3 por expresar que el tal Jesús del que nos hablaban me parecía un líder levantador de masas, es decir un político de su tiempo, y tampoco dejé al cura que nos visitaba que me tocara el culo como hacía a mis compañeras, con el simple pretexto de que nos conocía desde pequeñas, y el día que lo intentó conmigo monté un escándalo monumental en el Instituto.

Recuerdo con especial interés el 23-F de 1981, y yo con 14 años recién cumplidos. Aquella tarde estaba “preparando” chuletas, que no estudiando, para un examen de historia que tenía al día siguiente cuando mi tía Doris llamó a mi casa con excesivo nerviosismo. Hacía falta con urgencia que alguien fuera a ayudarla, aunque no dijo para que, y en ese momento mi padre no estaba, y mi madre no podía ir porque mi hermano estaba enfermo, y yo me ofrecí voluntaria (como en el ejército) a ir a casa de mi tía a la barriada de las Delicias. Cuando llegué mi tía llorando y nerviosa me explicó que mi tío y su vecino (José González Perich Y Manuel Morales, dirigentes de la UGT-Málaga) estaban escondidos, y le habían dicho a ella y a su vecina que había que “quitar de en medio” cierta documentación que había en casa por si… Allá me puse a cerrar persianas y en ollas y cubos hice unas fogatas y a quemar papeles a tutti plen. Yo estaba encantada, ni tenía miedo, todo lo contrario, me sentía una heroína por cumplir la misión que me habían encomendado. Ni me acuerdo de lo que quemé, pero quemar quemé hasta ahumar la casa de mi tío, y luego hice lo mismo en la de su vecino. Cuando terminé me dije muy satisfecha “Misión cumplida”. Acababa de realizar mi 1º actividad en la “clandestinidad”, aunque ya estuviéramos en democracia…

Por aquella proeza me convertí a los ojos de mi tío (el único político en mi familia que yo conociera), en la “niña de sus ojos”, alguien que tenía alma de activista política, y que encima disfrutaba con ello, y para colmo, tenía hasta IDEALES…

Comencé mis pinitos políticos siendo la “jovencita florero” de muchos actos y mítines. Era la que ponía el vaso de agua al orador en el mitin, siempre escuchando y observando muy formalita y preguntando mucho. Quería enterarme de quien era este, aquel y el otro, y porque ocurría tal y cual cosa. Comencé a ayudar (aún sin estar afiliada), en la agrupación donde militaba mi tío, en campañas, pegadas de carteles, caravanas, mítines, reparto de votos, etc… lo normal que un militante de base hacía en temporadas electorales, aún sin estarlo yo todavía, yo lo hacía por convicción e ideales que creía tener ya muy claros aún con tan corta edad.

Y llegaron las elecciones generales del 82, y ganó el PSOE, y las elecciones municipales del 83, y volvió a ganar el PSOE en Málaga, y esta vez con mayoría absoluta, y mi tío salió elegido concejal, y yo era la sobrina más orgullosa del mundo, con 16 años ayudé a ello con mi pequeña aportación, y le pedí a mi tío una sola cosa a cambio, quería afiliarme, quería tener el carné del PSOE, aunque por ser menor de edad no podía, y mi tio prometió afiliarme a las Juventudes Socialistas, y lo hizo…

Siendo mi tío concejal acudía a más actos públicos, y siendo “la sobrina de”, todavía era considerada más “mujer florero”, lo que pasa es que aunque era consciente de ello, aproveché la situación para tener más contactos y “empaparme” más de la vida política (tanto interna como pública).

Recuerdo como Pedro Aparicio, Alcalde en Málaga del PSOE en aquella época (1979-1995), el cual me llamaba con el apelativo de “niñata”, me utilizaba como escudo protector para esconder ante las “Santas” (así llamaba a su esposa y esposas de los concejales), actividades y visitas ociosas y poco políticas a antros en los cuales se hacía de todo menos política, y aunque yo siempre me quedaba en la “puerta”, me podía imaginar que ellos dentro no eran “santos” precisamente… y yo… guardaba el “secreto”.

A los 18 años me quedé embarazada (1985), y colaboraba en campañas electorales y actos, pero menos, aunque hasta embarazada participé en caravanas y reparto de propaganda electoral. Al año siguiente me casé y hasta 1989 cuando me separé no volví otra vez a la vida política activa. Como ya tenía 22 años solicité mi alta formal como militante en el PSOE, y me afilié al partido en la Agrupación de Carretera de Cádiz (La Edison, antes de la segregación de esta agrupación en Carretera Cádiz Norte y Sur), donde también pertenecía mi tío, al igual que Juan Jerez, Ana Paula Montero, Juan Alberto Aguayo, Luciano Alonso, entre otros…

Ese año obtuve mi primer empleo en el Ayto. de Málaga, un contrato en prácticas por el programa Andalucía Joven, en el cual aunque muchos sospecharan de ello, incluido mi jefe, el concejal Francisco Manzano, no me hizo falta ningún enchufe (siendo mujer, joven, separada, con un hijo, con la formación adecuada y sin haber trabajado nunca, obtuve los puntos necesarios para entrar con creces), y aunque era a "eso" a lo que estaban acostumbrados, yo aún siendo "sobrina de", salí rana, y eso que hasta revisaron mi expediente, para ver "de dónde venía".

Estando trabajando en el Área de Juventud volví a recuperar el contacto con el mundo político activo, y empecé a conocer gente por mi misma, y no solo por ser la sobrina de… Mi jefe acababa de ser nombrado por aquella época Secretario General de las Juventudes Socialistas de Andalucía, y me empecé a implicar bastante en militar en las Juventudes Socialistas de Málaga. En aquella época vivía en Alhaurín de la Torre, y aunque militaba en el Partido en una agrupación de la capital, también estaba implicada en actividades de la agrupación de Alhaurín de la Torre.

Al año siguiente (1990), se segregó la Agrupación donde militaba, y se fundó Carretera Cádiz Sur, donde nos trasladamos mi tío y yo, y muchos militantes más. Estando militando en esa Agrupación, mi tío me informó que se estaba intentando buscar jóvenes para activar las juventudes socialistas en Málaga que se encontraba en una situación un poco complicada, y me dio el contacto de Susana Sánchez Almán, presidenta de la Gestora de las JJ.SS. en Málaga en aquel momento. Acudí a varias reuniones con ella en la Agrupación Centro, a ella le daba igual que fuera de Alhaurín, de Carretera de Cádiz, o de donde fuera, estaba afiliada a las JJ.SS. era nueva y según ella creía fácilmente influenciable, pobre incrédula… Había que montar una estrategia para un próximo Congreso Provincial de las Juventudes en Málaga y al parecer no había mucha gente disponible y de “confianza” con la que contar.. o eso es lo que me hicieron creer. Empecé a visitar la Sede de la Ejecutiva Provincial en “los Arcos”, donde colaboraba y trabajaba en la sede que teníamos de JJ.SS. para coger el teléfono y actividades y reuniones varias. Como vivía en Alhaurín de la Torre, en Juventudes Socialistas, me encasillaron en esa Agrupación, y la representaba en actos y reuniones con el consentimiento del Secretario General del PSOE de aquella Agrupación Manuel Bernal.

Estábamos ya en 1990 y se acercaba el proceso congresual en Juventudes Socialistas de Málaga para dejar de tener Gestora y tener una Ejecutiva Provincial, y comenzaron los “movimientos” políticos y conspiraciones varias. En aquella situación había 2 bandos y yo sin comerlo ni beberlo llegué a tener contacto con los 2 bandos, uno por parte de la Presidenta de la Gestora, y otro por el Candidato a la Secretaría General Miguel Ángel Heredia, que me llamó un día. Era un joven de Mollina, muy serio y educado, demasiado formal diría yo para solo tener 23 años, y al parecer le caí en gracia y empecé a acompañarlo a reuniones varias por varios pueblos de la provincia. Una de las visitas que recuerdo muy bien fue a la Agrupación de Fuengirola donde conocí a Pilar González, la cual odiaba a muerte a la actual Presidenta de la Gestora y no colaba porque ella entrara a formar parte de la nueva Ejecutiva Provincial, por lo cual le planteó al candidato, que le parecería mejor cualquier persona que ella, y me señaló y me dijo “Tú, ¿de donde eres?”, Y le conteste que de Alhaurín de la Torre. Miró a Miguel Ángel y le dijo “mira ella misma me parece mejor que Susana, así que la propongo para que sea la nueva Secretaria de Organización de las Juventudes Socialistas de Málaga, y tendrás los votos de la Agrupación de Fuengirola”.

Y así en aquel verano de 1990 en el Congreso Provincial celebrado en el Centro Cívico, con poco más del 52% de los votos favorables, me convertí sin comerlo ni beberlo, y sin ambición política, en la Secretaria de Organización de las Juventudes Socialistas de Málaga, donde Miguel Ángel Heredia fue elegido Secretario General, y Daniel Ballesteros hijo de un Diputado Nacional y actual Secretario General del PSOE de Málaga, Rafael Ballesteros, de aquella época, fue elegido Vicesecretario General. Y creo que llegamos a ser el “Dream Team” perfecto. Comenzó una nueva época para mi y para las Juventudes Socialistas de la provincia de Málaga, en las que reactivarla parecía un proyecto casi imposible, pero como dice un dicho… “Nunca digas nunca jamás”, y nos pusimos a ello… pero eso lo continuaré en otro capítulo, ¿os parece?...

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