jueves, 16 de noviembre de 2006

12 de Noviembre


Noviembre….. Nunca me ha gustado este mes, frío, gris, y triste, a mi siempre me ha parecido así. Comienza recordando la muerte, (y hasta los fachas festejan y conmemoran con orgullo “in memorian” la muerte de 2 de sus líderes, el dictador Franco, y el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, arggg…), y termina anunciando el mes de la Navidad, fechas felices para unos y tristes para otros… A mi nunca me ha gustado la Navidad, no se, siempre me ha gustado que esas fechas pasaran rápido. Y este año me gustarán mucho menos.

El 12 de Noviembre a las 7 y 15 de la tarde mi madre me dejó. Esa fecha hará que ahora cada vez más, me guste menos este mes. Un 12 de Noviembre, en 1989, murió Dolores Ibarruri, La Pasionaria, mujer luchadora y de carácter, y en este año 2006, ha muerto María del Carmen González Ortega, Carmela, mi Madre, para mi, como no, la mejor Madre del mundo.

Después de muchos años de espera, nunca me esperaba un final tan rápido ni tan repentino. Estaba preparada para otro tipo de final, largo, tedioso y de resignación. Y ahora que mi Madre se ha ido así tan de repente, tengo que asumir y dar las gracias por que haya sido así… que injusto…

Siempre te preguntas si estarás preparado para la muerte, o para cuando te falte un ser querido, y muchos evadimos hasta pensar en ello, y yo que llevaba preparándome tanto tiempo para cuando llegara el final de la vida de mi madre, he de reconocer que ahora, 4 días después de no tenerla, por mucho que me resigne, e intento convencerme de que ella ya no está aquí, me he dado cuenta de que nunca he estado preparada, ni lo estoy ahora.

La ayudé a morir, sí, tal como leéis, y sentí una paz inexplicable cuando dejó de respirar. Fue una sensación rara, me sentía hasta orgullosa de haberlo hecho. En sus últimos minutos, para que no sufriera, la acaricié, la besé, y la hablé, la alenté a irse y a que nos dejara, que se quedara dormidita y se fuera con su madre, que la dejó cuando era niña, y con su amigo del alma, Eduardo, les pedí ayuda a ellos a que la ayudaran a irse, y lo hicieron. No quería verla sufrir, no quería que tuviera una agonía dolorosa, y sabía que si se aferraba a la vida en la situación que estaba, aunque fueran minutos, horas o días, sufriría. Y yo la ayude a abrir la puerta…. a que cruzara el umbral en paz y sin luchar…Le prometí que estaríamos bien, aunque ella no estuviera, que cuidaría de mi padre y de mi hijo como ella lo ha estado haciendo todo este tiempo. Me dolía que se fuera, pero al mismo tiempo quería que lo hiciera, que lo hiciera en paz y sin dolor ni sufrimiento. Y me hizo caso, me escuchó, y así lo hizo, tranquilamente, dejó de respirar, dulcemente, dejó de respirar... y yo sonreí y lloraba al mismo tiempo, al verla irse. Por primera vez en su vida, me hizo caso, sin discutir, y a la primera.

Ahora piensas, y te preguntas muchas cosas, si hice bien al desear que se fuera, y si lo haré bien a partir de ahora como a ella le gustaba.
He sido y soy todavía dependiente de mi madre, aunque no esté. Mi familia ha sido un poco atípica en esta España machista de siempre, ha sido una familia Matriarcal, ella era la base, y ahora la base no está, y la pirámide se vuelve lineal de golpe. Ahora ya no hay base, ya no está la gallina que reunía a hijos, nietos, hermanos, cuñadas, sobrinos y amigos. Todos acudían a ella, crió a todos sus hermanos, y son 7. Ha sido madre desde que tenía 7 años, y seguía siendo la madre de todos a los 67 años cuando nos ha dejado.
Siempre protectora, a veces demasiado, siempre temerosa de que a los suyos les pasara algo, siempre estaba ahí, con su genio, con su carácter, con su alegría y sentido del humor, y sobre todo control, todo lo tenía controlado.

Pero como siempre se dice, la Vida sigue, aunque ella ya no esté. Y los que quedamos tenemos que aprender a vivir sin ella, y por ella aprenderemos, para que esté donde esté perciba que todo….. todo…. Sigue controlado.

(Perdona mamá si alguna vez descontrolamos). Te quiero Mamá. Hasta siempre.